Cameron alerta a Cataluña de que la independencia la expulsaría de la UE

Benjamín López (SPC)
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Sin diálogo. El Gobierno asegura que no es posible negociar con Mas porque cumplir la ley «no está dentro de sus parámetros»

 
El primer ministro británico, David Cameron, se reunió ayer con el presidente Mariano Rajoy en La Moncloa con el trasfondo de la crisis de los refugiados, pero, en su comparecencia ante los medios, echó una mano al Gobierno en su oposición al desafío independentista de Cataluña, como ya hiciera la canciller alemana, Angela Merkel, también esta semana. «Si una parte de un Estado declara la secesión de ese Estado, ya no forma parte de la UE, y debe empezar a hacer cola detrás de otros países candidatos a entrar en la Unión. Esa es la postura de la Comisión Europea y de cualquier experto constitucional en todo el continente», advirtió con claridad el mandatario londinense. 
La postura del premier sobre la comunidad mediterránea quedó patente en tres principios que expuso en la rueda de prensa conjunta con el líder del PP. No es equiparable este caso con el de Escocia -dónde él mismo impulsó un referéndum- porque «nunca son iguales las situaciones»; cualquier paso que dé un gobernante debe estar sometido al «imperio de la ley»; y, por último, España y Cataluña saldrían perdiendo ante una secesión, ya que «estamos mejor juntos, somos más fuertes, somos más prósperos y debemos permanecer unidos». 
El discurso del dirigente conservador se parece mucho al que mantiene el propio Rajoy, que ayer también fue cuestionado por la posibilidad de entablar aún un diálogo con el jefe de la Generalitat para intentar alcanzar un acuerdo, como ha ofrecido el propio Mas. A este respecto, señaló que «no es posible negociar con quien te pone encima de la mesa un contrato de adhesión y pretende que los demás le ayudemos a él a ver cómo se produce la independencia de Cataluña». 
A su juicio, esa posición es «muy perniciosa y no lleva a ninguna parte». El líder del PP es consciente de ello pero «por lo que se ve, cumplir la ley es algo que no entra en sus parámetros». 
Rajoy dejó claro, además, que él no va a negociar la unidad del Estado ni la soberanía nacional porque no cree en la ruptura del país y porque «lo que sea España en el futuro no puede decidirlo ni Mas, ni el presidente del Gobierno, ni unos españoles u otros, sino que corresponde al conjunto de la soberanía nacional decidir lo que quieren hacer».
Tan contundente como el dirigente popular se mostró también su número dos, Soraya Saénz de Santamaría. Según manifestó tras la reunión del Consejo de Ministros, el proyecto secesionista que encabeza el convergente «está cada vez más debilitado y no va a llegar a ningún puerto». 
 
Postura positiva. En otro orden de cosas, Rajoy también se refirió a la crisis de los refugiados, y se comprometió a recibir a todos lo que lo hagan conforme al Derecho Internacional. «España va a tener una postura constructiva y positiva y a todas las personas que tengan derecho a asilo se les va a atender y colaboraremos en ello con la UE», aseveró. El gallego añadió que Europa no puede renunciar a acoger a asilados políticos porque «forma parte de nuestro acervo como europeos, la defensa de los Derechos Humanos, la libertad y la acogida de personas por razones de persecución». 
La Comisión Europea no le ha presentado aún un plan sobre el número de refugiados que debería acoger el país. Se sabrá el próximo 14 de septiembre, después del Consejo de Ministros del Interior y Justicia de la Unión.