Jordi Pujol insiste en que su fortuna oculta proviene de una herencia

AGENCIAS
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El expresidente del 'Govern' se desvincula de los negocios millonarios de su primogénito

El expresidente catalán Jordi Pujol se volvió a aferrar ayer en la Audiencia Nacional a la versión de la herencia de su padre para justificar la fortuna del clan familiar en Andorra y, una vez más, tras prestar declaración ante el juez José de la Mata, quedó en libertad sin medidas cautelares. El veterano dirigente, que contestó durante tres horas y media a todas las preguntas de las partes, llevó todo el peso de la jornada en los tribunales, ya que su mujer Marta Ferrusola, que también había sido citada como imputada por blanqueo, decidió acogerse a su derecho a no declarar.

Pese a las dudas existentes de que la fortuna oculta del clan Pujol en Andorra pudiera proceder de una herencia de su padre Florenci o de «los ingresos ordinarios que hubiere obtenido por razón del cargo público que ostentó durante 23 años», la Fiscalía Anticorrupción optó de nuevo, como ya hizo ante una juez de Barcelona, por no pedir ninguna medida cautelar para el matrimonio, dada la avanzada edad del imputado y que no existen nuevas pruebas contra él.

Pujol repitió la versión que ya dio en el juzgado de Barcelona y en el Parlament catalán, en el sentido de que su padre, Florenci, que murió en 1980, dejó 140 millones de las antiguas pesetas a su nuera y sus nietos, y no a él, para «proteger» a la familia en un momento político delicado, ya que el mismo año en que falleció, él accedió a la presidencia de la Generalitat. Además, sostuvo que ese dinero aumentó a 500 millones gracias a la labor de un gestor bancario, hasta que, a principios de los 90, se decidió que su primogénito, Jordi Pujol Ferrusola, se hiciera cargo de la fortuna, una decisión de la que se desvinculó. También aseguró desconocer el reparto de dinero que su primogénito hacía entre sus hermanos. Precisamente, Pujol Ferrusola declara hoy voluntariamente como imputado en la causa.

Los fiscales Fernando Bermejo y Belén Suárez cuestionaron al expresident si el dinero del legado procedía en realidad de una donación de 200 millones de pesetas que hizo de acciones de Banca Catalana a una fundación, operación que la Fiscalía considera sospechosa, y él respondió que no.

«Rotundamente no» fue otra de sus contestaciones cuando los fiscales le preguntaron si la sociedad de su mujer Hidroplan asesoró en alguna ocasión a la Generalitat siendo él presidente.

Pujol intentó, asimismo, explicar por qué se atribuyó en un documento aportado a la Banca Roig de Andorra la titularidad de una cuenta con dos millones de euros que, según el expresidente, era en realidad de su primogénito. Según su versión, redactó ese documento como favor a su hijo mayor para ayudarle en un proceso de separación de su exmujer Mercè Gironés, acción de la que reconoció que no se siente orgulloso. Además, Pujol remarcó que no tuvo nada que ver con los negocios millonarios de su hijo mayor como comisionista (investigan el origen de unos 11 millones de euros).

Según fuentes presentes en la declaración, el expresidente, que declaró en español a pesar de que se le ofreció un intérprete, estuvo correcto y educado y contestó a todas las preguntas de las partes.