Manuel García Viejo, el religioso español contagiado de ébola en Sierra Leona, viajaba al cierre de esta edición hacia Madrid en el avión medicalizado que el Gobierno español envió horas antes, para repatriarlo. Se trata de un T-10. C-130 Hércules del Ala 31 de Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire.

Nada más aterrizar en la capital, el paciente será trasladado al Hospital Carlos III, el mismo en el que fue tratado el misionero Miguel Pajares.

El aparato cuenta con una cámara de aislamiento y dos equipos sanitarios de la Unidad Médica de Aeroevacuación (UMAER), integrados por tres doctores cada uno.

 Según informó ayer el Ministerio de Defensa, estos dispositivos están formados por un comandante médico, un capitán enfermero y un cabo primero y un auxiliar de enfermería, todos ellos militares.

En la aeronave viajan, además, dos tripulaciones de vuelo, integradas cada una de ellas por un piloto, un copiloto, un navegante y un auxiliar.

El T-10 es un avión de transporte táctico, que fue adaptado a la misión de transporte sanitario durante en la Base Aérea de Torrejón (Madrid), inmediatamente después de su llegada de Zaragoza.

Defensa explicó que la transformación, denominada medicalización, ha consistido en la instalación de una cámara proyectada para aislar a enfermos contagiosos, que cumple con la norma N 36-2 y proporciona la máxima protección al paciente y al personal que lo trata, así como un sistema de soporte vital para la monitorización del religioso en todo momento.

Además, se han cargado otras dos cámaras y material médico con un total de 1.200 kilogramos.

En relación con las tripulaciones y de vuelo de cabina, el Departamento que dirige Pedro Morenés aseguró que «van protegidas con monos impermeables que cubren de los pies a la cabeza, más gafas, mascarilla, guantes y calzas, para aislarlas de fluidos o partículas contaminantes en el área de trabajo próxima al paciente infeccioso, que previenen el contagio».

Con base en Zaragoza, el avión despegó de la Base Aérea de Torrejón a las 07,17 horas con destino a Freetown (Sierra Leona), para repatriar al religioso de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios

CRÍTICAS. La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) advirtió de que el Hospital Carlos III de Madrid no ha sido objeto de «actuaciones de recuperación» como centro de infecciosos y de que «ni siquiera cuenta ya con un laboratorio» de análisis de muestras.

«Desde el caso anterior de ébola atendido en esas instalaciones no se han llevado a cabo actuaciones de recuperación de las características del mismo y así se vuelve a tratar un caso de un virus muy agresivo en un espacio que ni siquiera cuenta ya con un lugar capacitado para analizar muestras», indicaron.

La política de «privatización del sistema sanitario público lleva a desastres como el desmantelamiento del Carlos III como centro de infecciosos», lo que, a su juicio, supone «un grave riesgo para el abordaje de situaciones epidémicas».

Dicho esto, la FADSP aseveró que mientras no se controle la epidemia en África, la probabilidad de que la enfermedad llegue a España «continua presente».

Por otra parte, el Hospital Mateu Orfila de Maó (Menorca) activó ayer el protocolo de actuación frente a la sospecha de un posible caso de ébola en el servicio de Urgencias. Se trata de una española que ha regresado a la isla tras estar en Kedougou, una región fronteriza de Senegal con Guinea.