Mirandés B 1-0 Cebrereña

Mirandés B: Sergio; Mikel, Carri, Herrero, Samuel, Andrés, Alberto (Carlos, 63´), Álex, Asier, Jorge (Ortzi, 85´), Rodrigo (Eric, 68´).

Cultural Deportiva Cebrereña: Yeray; Héctor, Israel, Juanma, David Franco, Jota, Juli, Mario Hidalgo (Abel, 85´), Javi Prieto (Javito, 75´), Piru, Super (Juancar, 71´).

Árbitro

Calvo Antolin.Mostró cartulinas amarillas a los locales Asier y Carlos; y a los visitantes David Franco, Jota y Juancar

Goles

1-0 (minuto 86) Eric

Incidencias

Encuentro correspondiente a la cuarta jornada del grupo VIII de Tercera División, disputado en el Ence ante 500 espectadores.

La Cebrereña dejó escapar un punto en el último suspiro ante un filial mirandesista que asalta con su victoria por la mínima el liderato y comanda la clasificación del grupo VIII de Tercera. El solitario tanto de Eric en el minuto 86 tumbó a una Cebrereña bien plantada sobre el campo en todo momento, que además dispuso de alguna ocasión para haber obtenido un mejor resultado.

El encuentro comenzó con ambos conjuntos bien plantados sobre el césped. El cuadro mirandesista, desde los primeros compases, intentó imponer su juego y generar peligro en las inmediaciones de Yeray. El conjunto abulense, muy ordenado, apenas concedía peligro a un conjunto rojillo que le costaba en este arranque llegar con facilidad al área rival. Aun así, pasado el cuarto de hora, un centro chút de Rodri, que se envenenó llegando desde el costado izquierdo, a punto estuvo de sorprender a Yeray pero finalmente el cuero se perdió por la línea de fondo.

Las ocasiones se hacían de rogar y la Cebrereña se veía incapaz de sobrepasar el entramado defensivo burgalés e inquietar mínimamente al guardameta Sergio. Iban transcurriendo los minutos y tras el tanteo inicial, el filial se estiró en busca de desnivelar la contienda y a punto estuvo de lograrlo en el minuto 28, con un remate de Alberto desde 30 metros que repelió la cruceta y bien pudo significar el primero de la tarde.

A partir de ahí el conjunto visitante dio un paso adelante e intentó imprimir una marcha más al partido, pero su primera ocasión de peligro se hizo esperar casi hasta el filo del descanso, en el 42, cuando Super aprovechó una asistencia de Javi Prieto para conectar un remate cruzado que Sergio desvió a saque de esquina. La Cebrereña llevaba peligro a la contra, pero a punto estuvo de nuevo el Mirandés B, justo antes del pitido que indicaba el paso por vestuarios, de anotar el primero por doble oportunidad. En primera instancia Samu con un disparo lejano que despejó Yeray, con Jorge rematando el balón muerto y Yeray volviendo a intervenir aplacando el esférico con su cuerpo. Así se llegó al descanso.

En la reanudación el bando local arrancó como un ciclón en busca del tanto que permitiera desequilibrar la contienda para los rojillos. Jorge, muy activo en el comienzo del segundo acto, a punto de estuvo de aprovecharse en el 46’ de una indecisión de la zaga para subir el primero en el marcador. Un minuto después, el mismo protagonista remató fuera, a puerta vacía, un buen centro de Alberto por banda derecha. También a balón parado lo intentaron los rojillos por mediación de Álex, pero el cuero se perdió alto.

A partir de ahí el Mirandés B bajó el ritmo y el conjunto abulense,más sereno sobre Ence, empezó a acercarse con peligro a las inmediaciones de Sergio. Mario Hidalgo tuvo la oportunidad más clara, en el 62, pero su potente disparo se perdió por encima del travesaño. A partir de ahí el encuentro fue un monólogo local en busca del ansiado gol, y es que en el 73, en un saque de banda, tras peinarla Andrés, el balón le caía a la testa de Asier pero su remate se marchaba rozando el larguero. El encuentro parecía abonado al empate cuando emergió la figura de Eric, incorporado en el segundo tiempo, para aprovecharse de un jugadón individual de Asier en la que dribló a varios jugadores para asistir al atacante rojillo y marcar el tanto de la victoria para los mirandesistas.

Ya casi sin tiempo para la reacción, la Cebrereña lo intentó pero sin fortuna y se tuvo que conformar con la derrota.