Comederos para pasar el invierno

E.C.B
-

Silvática reúne a 30 personas en el Centro Medioambiental de San Nicolás para construir fuentes de alimentación para aves urbanas

Comederos para pasar el invierno

En los entornos urbanos, especialmente durante el invierno, pueden escasear los alimentos de pequeñas aves, ya que hablamos de pequeños pajarillos que son insectívoros o granívoros y en esta época hay muy pocos insectos y apenas hay producción de grano, por lo que se deben alimentar de algunas semillas y bulbos que encuentran.

Por ello y con el objetivo de ayudarles a superar estas épocas críticas, la empresa Silvática, que gestiona el Centro Medioambiental de San Nicolás en la capital abulense, organizó este domingo un taller de construcción de comederos con una gran acogida entre la población, pues asistieron al mismo 30 personas, casi todos adultos, pero también algunas familias con niños, y otras 35 se quedaron en lista de espera.

De esta forma, como explicó Felipe Nebreda, que junto a su compañero Ignacio Sevilla fueron los encargados de conducir este taller, se favorece la participación ciudadana en aspectos relacionados con el conocimiento y conservación de la biodiversidad urbana, pero además «se intenta generar una interferencia positiva del ser humano con la naturaleza y los animales».

Los participantes recibieron en primer lugar unas pautas de fabricación y mantenimiento de esos comederos, ya que como apuntó Nebreda, «si se pone un comedero es importante ser constante con él, ya que no se puede facilitar una fuente de alimentación que los pájaros confían en que esté ahí y que de la noche a la mañana dejen de tener ese alimento. Hay que tener el compromiso de mantenerlo por lo menos durante el invierno, ya que en primavera quizás ya se puede retirar y o tirarlo o guardarlo hasta el año siguiente». También, según comentó, «es importante la ubicación, porque vamos a generar un foco donde habrá concentración de animales y los depredadores urbanos, principalmente gatos en el caso de las ciudades, no deben acceder a esos pajarillos, por lo que habrá que colocar los comederos lejos de su alcance, en ramas de los árboles alejadas del tronco, por ejemplo».

Tras estas primeras pautas, comenzaron a fabricar diferentes modelos de comederos que luego se llevaron a sus casas y fincas, mientras que otros fueron instalados en los jardines del centro medioambiental, a la espera de que hasta ellos acudan a comer desde herrerillos y carboneros hasta petirrojos, gorriones y trepadores, así como algunas aves un poco más grandes como arrendajos, urracas, mirlos o estorninos.