Figura central de los Gobiernos socialistas en Francia desde hace más de tres décadas, el ministro de Exteriores, Laurent Fabius, confirmó ayer su marcha del Ejecutivo de François Hollande para pasar a presidir el Consejo Constitucional de su país. El organismo que encabezará Fabius, en sustitución de Jean-Louis Debré, no goza de la relevancia de instituciones homólogas en otros Estados, pero ha ganado importancia en los últimos años y tiene la última palabra a la hora de avalar la constitucionalidad de las leyes.
Su salida obligará a Hollande, a hacer una nueva remodelación del Ejecutivo tras la dimisión de la ministra de Justicia, Christiane Taubira, el pasado 27 de enero por sus discrepancias con la política antiterrorista del jefe del Estado.
Con un lacónico «oui» al salir del Consejo de Ministros -tras ser preguntado si era el último al que asistía-, Fabius zanjó meses de un secreto a voces. En medio de rumores nunca confirmados sobre su estado de salud, el veterano político pone fin a casi cuatro años de intenso ejercicio diplomático, desde que Hollande lo eligió como su representante nada más tomar posesión en mayo de 2012.
Nada se sabe aún sobre quién lo reemplazará, aunque los medios galos no dejan de elaborar quinielas en las que siempre aparecen de una forma u otra la titular de Energía y Ecología, Segolene Royal, o el ex primer ministro Jean-Marc Ayrault.
Aunque el eje de su trabajo ha sido la llamada «diplomacia económica», con la que Francia se ha apuntado tantos de especial valor sobre todo en la venta de material militar, el socialista ha sido protagonista también en crisis internacionales como las intervenciones bélicas en Siria e Irak. Precisamente, en su comparecencia de ayer ante la Asamblea Nacional, se libró de tapujos para arremeter con dureza contra Rusia e Irán por su apoyo al Gobierno de Damasco, pero también contra la tibieza de EEUU frente al presidente sirio.
«Hay una brutalidad aterradora del régimen de Bachar Al Asad y cito a los responsables por su nombre: hay complicidad por parte de Rusia y de Irán», lanzó.
El momento más dulce de su trabajo al frente de Exteriores fue su labor al frente de la Cumbre del Clima de París (COP21), que en diciembre alcanzó un histórico acuerdo global contra el calentamiento y que fue saludada por todos los participantes como una de las claves del acuerdo. Aquel 12 de diciembre, ante las cámaras de todo el mundo, lloró de emoción. Para un experimentado político de la vieja escuela gala, percibido en muchas ocasiones como frío y distante, aquellas lágrimas supusieron una suerte de coronación a una vida de servicio público.
Nacido hace 69 años en París y cultivado en los selectos viveros de formación de la élite francesa, Fabius creció en el Partido Socialista bajo el ala de François Miterrand, quien le encomendó la jefatura del Gobierno en 1984, cuando se convirtió en el más joven primer ministro de la V República. Desde entonces, ha presidido la Asamblea Nacional en dos ocasiones, ha dirigido al Partido Socialista (1992-1993), y ha tenido cuatro carteras ministeriales.
Su sucesor deberá cerrar asuntos que ha dejado sin resolver, como el desbloqueo de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos o la resolución de las crisis en Siria o Libia.