Un gran día de perros

I.Camarero Jiménez
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Martiherrero celebró su tercera edición de Marticaza con la participación de numerosas rehalas de la provincia, la región y de otras comunidades que permitieron exhibirse a más de 200 canes

No cabe duda que la actividad cinegética tiene un gran peso económico en Castilla y León y por supuesto en una provincia como la nuestra, así que no es de extrañar que por estos lares se elaboren con detalle y sumo cuidado algunas ferias específicas para los aficionados a ella. Martiherrero es uno de los ayuntamientos que tiene clara su apuesta en este sentido y por ello ayer mismo daban forma a la que ya es la III edición de Marticaza, todo un acontecimiento para los amantes de la caza pero especialmente de los perros dedicados a ella. Hasta 200 canes se dieron cita a las afueras de la localidad para mostrar sus bondades a todo aquel que se quiso acercar a admirar su belleza y su buen hacer. 

Fueron numerosas rehalas, 17 en total, las que exhibieron músculo ante los curiosos y profesionales y en esta ocasión el Ayuntamiento de Martiherrero, al frente del cual está el alcalde  José Luis del Nogal ha contado para la cita con el respaldo de la Diputación y también con la Federación Castellano y Leonesa de Galgos, no en vano esta raza está indisolublemente ligada a la caza. Galgos sí, pero también podencos, manetos, cruces de podenco con mastín y un largo etcétera.

Los perros tuvieron ocasión de sacar lo mejor de sí en  exhibiciones y concursos y tuvieron sus premios y reconocimientos, pero hubo más. Artesanos de la localidad y de la zona pudieron formar parte de la feria, que también tuvo su apartado agroalimentario y es que la marca de la Diputación, Ávila Auténtica también se hizo hueco en Marticaza, además de varios establecimientos de la zona. 

Fue una mañana intensa con concursos morfológicos tanto de podencos como de manetos y también de galgos. También el programa contemplaba un apartado de tiro con carabina porque de caza estamos hablando. 

Dado que la mañana transcurrió en pleno campo había la oportunidad de participar en una comida popular. De cara a la tarde tocaba exhibición de cetrería y toque de caracola, que es habitual cuando la caza se desarrolla con perros pues es el instrumento con el que se los llama. 

Desde la organización también previeron actividades infantiles y es que no fueron pocos los niños que acompañaron a sus familiares cazadores y propietarios de rehalas a un día de campo. Desde la Diputación, su presidente, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, quien se desplazó a la localidad para inaugurar la feria puso en valor lo «asentado» del evento y la importancia de la actividad cinegética en la provincia. El alcalde de Martiherrero por su parte prometió  que habrá cuarta edición y el presidente de la federación de galgos, David Jiménez, agradeció la invitación al evento y se comprometió a organizar actividades para Marticaza de cara al año próximo, de lo que se deduce que volverán.

Junto a todos ellos y a pie de jaula, siempre pendientes de sus perros los propietarios de las rehalas. Allí nos encontramos con Antonio de la rehala del mismo nombre en Muñana, un gran profesional con casi cuatro décadas de dedicación a estos canes «soy creo que el segundo más antiguo de la provincia en esto». También Óscar Jiménez, de la Rehala Pablo Montero quien nos explicaba que cada rehala cuenta con 20 perros mínimo, pero «siempre llevamos más a las cacerías y tenemos más porque siempre hay perras preñadas, perros heridos, bajas en definitiva». Tiene podencos, «la raza por antonomasia de caza mayor, para jabalí especialmente y sobre todo por Ávila pero físicamente igual no te aguantan tres días de caza» y por eso también tiene  podencos cruzados por ejemplo con mastines pues está demostrado que son más resistentes y mejores para su oficio. «Todo lo que hay en la feria -cuenta- salvo los podenquitos pequeños y los andaluces se emplea para caza mayor, también  hay algún setter o pointer para caza menor, pero por lo general son de caza mayor».