El Real Ávila vuelve al Adolfo Suárez. Lo hace con ambición y hambre de victoria tras un arranque de temporada en el que los encarnados aún no han podido estrenarse en su feudo y ante su afición, que espera con ganas el primer triunfo de los suyos en un campo por el que ya han pasado la Arandina y la Cebrereña, que dejó un toque amargo en el paladar de muchos, incluido el propio equipo, consciente de que pudo haber hecho más –se fallaron dos penaltis– en un derbi que recordó a los encarnados que las teóricas diferencias acaban demostrándose sobre el campo. Vuelven a su campo y lo hacen este domingo a partir de las 17,00 horas recibiendo al Atlético Bembibre. Buena prueba para un Real Ávila que «analizando los últimos partidos, podíamos haber sumado algún punto más». Modificará su once César Jiménez. En unos casos, como con Iván Vila, por lesión, en otros, por convicción, porque el técnico abulense es dado a las rotaciones en función del escenario y el rival. Recupera a Pichu, sancionado la pasada jornada, y cuenta a pleno rendimiento con Jota, titular en La Arboleda, e Isma, que ya se encuentra disponible para jugar de inicio. Quienes no estarán son Issa y Ettiene, consabidas bajas por trámites burocráticos y que siguen en vías de espera.