La Consejería de Sanidad y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) se marcan como reto incrementar los trasplantes renales por ser el tratamiento sustitutivo más eficaz y barato, frente a la dialisis peritoneal y hemodiálisis, cuyo coste anual ronda los 46.000 euros, la misma cantidad que la intervención quirúrgica.