Cabreo lógico el que se trajo de Madrid el Colegios Diocesanos Aqualia tras el 3-3 final. Los abulenses tuvieron el 3-4 en el minuto 93 en una contra en la que tres jugadores del Diocesanos corrían hacia la portería rival. Fue entonces cuando el entrenador del Adarve entró al campo y cortó el contragolpe a la altura de su banquillo. Aunque expulsado, la infracción favoreció al infractor. Una jugada que hubiese significado la victoria y la salvación virtual del conjunto de Somoza.