Que el fútbol son dinámicas es una evidencia. Que el Real Ávila pasa en estos momentos por la suya, también. Es el momento de los encarnados. Lo saben en el club, en la afición y en el vestuario. «La impresión este año es que puedes no estar haciendo el mejor partido, fallas ocasiones, pero da la sensación de que el gol puede llegar en cualquier momento y eso es muy positivo, porque significa que hasta el final va a haber opciones».