El Adolfo Suárez no se toca

A.S.G.
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2
Real Ávila
0
Atlético Tordesillas
Finalizado
El Real Ávila ofrece un recital de fútbol ante un Atlético Tordesillas superado en todo momento por el rodillo encarnado en defensa y ataque. Llorián y Rubén Ramiro, de penalti, pusieron los goles en un partido en manos de Peli, Ramos y De Mesa

Este Real Ávila asusta. Fuera y en casa, en un Adolfo Suárez en el que ofreció un auténtico recital de fútbol ante un Atlético Tordesillas que se vio superado en todo momento por los de Jonathan Prado, un rodillo en ataque y en defensa. Y todo ello con Obispo, Diego Ortiz y Vila en el banquillo, tres teóricos titulares en el mes de agosto pero que por sendas lesiones ahora deberán esperar su oportunidad desde la banda. Porque el equipo funciona. Lo hace al compás que marcan Sergio Ramos y Peli.La roban, la mueven, la esconden... Pero sobretodo le dan una personalidad al equipo y al juego como no se veía desde hace años. Si a la ecuación se suman Issa, Juli, Rubén Ramiro o Javi De Mesa, ovacionado tras una tarde en la que lució todo su repertorio, el resultado es un Real Ávila imparable.   

Cinco minutos de partido, un disparo desde fuera del área de Rubén Ramiro y un córner ejecutado a la perfección entre Sergio Ramos y Llorián bastaron para colocar el 1-0 en el marcador en una tarde en la que el Adolfo Suárez presentaba una de sus mejores imágenes. Empieza a arrastrar aficionados el equipo de Jonathan Prado. Y no es para menos.

No esperó el Real Ávila para ir a por el partido. Esta vez fue más vertical que en otras ocasiones. En su primera oportunidad llegó el gol. Si Garretas abría el marcador ante La Virgen del Camino, esta vez era Llorián. Le están dando puntos y goles los centrales a un Real Ávila que repetía once de gala. Lo que funciona es mejor no tocarlo. Y le funciona el equipo al técnico palentino, como le funciona Rubén Ramiro de enganche tras el experimento fallido de Raúl, más interior que mediapunta, a la espalda del delantero. Su disparo desde la frontal –minuto 4– fue la antesala del gol. Concedió córner Daniel Gómez pese a las protestas del Tordesillas.  Lo ejecutó a la perfección Sergio Ramos. Jugada ensayada, remate de Llorián en el primer palo y cabezazo al segundo lejos de los guantes de Farolo.

El gol reforzó la personalidad de unReal Ávila que se movía al son de Peli y Sergio Ramos, dueños y señores de un partido en el que se veía totalmente impotente un Tordesillas incapaz de abrir brecha. Hacía tiempo que no se veía un centro del campo como el que ahora se disfruta en el Adolfo Suárez.  Se cumplía la primera media hora de juego,  el Ávila mandaba, la afición disfrutaba y sólo faltaba el gol de Juli. Si el centro de Javi De Mesa le llegó con demasiado vuelo como para rematar, poco después no encontraría portería cuando fue capaz de transformar un gran control en la frontal en una clara ocasión de disparo.

Vivía en la inquietud Farolo, intranquilo ante el acoso de los encarnados, pero no le tembló el pulso ante Edu –minuto 33– cuando, junto a Juli, porfiaron en la presión sobre Abraham y Viti.Les robaron la cartera y combinaron entre ellos hasta llegar a los dominios de Farolo, que se midió en el mano a mano a Edu. Esta vez ganó el portero. Quería el segundo el Real Ávila antes del descanso.Tenía motivos sobrados ante un Tordesillas que se veía incapaz pero que aguardaba con Fraile, William y Villa, que esperaban su oportunidad. Pero fue la mejor para Roberto Simón, que tras un eslalon sobre la frontal –minuto 47– buscó la escuadra. Se hizo el silencio en el Adolfo Suárez, que se quedó con las ganas de cantar el segundo sobre la bocina. La mano de Farolo, que se lanzó con todo a los pies de Javi de Mesa, salvó de nuevo a los suyos.

Se quedó con ganas de gol Javi De Mesa, que lo siguió buscando en el arranque de la segunda, cuando estrelló el balón en el larguero –minuto 50– tras una larga jugada de los encarnados y después de una pisadita del extremo con la que dejó clavados a Aitor y Estévez en la frontal. La superioridad y el dominio de los encarnados era evidente, aunque faltaba reflejarlo en el marcador.

Apretaba el Real Ávila desde la posesión,  buscaba la contra el Tordesillas, que se encontraba con Garretas, inquebrantable en sus dominios. Tenía que llegar el 2-0 y llegó desde el punto de penalti. Arrancó De Mesa desde el extremo para marcharse de Aitor. Otra vez más. Su centro, desde la línea de fondo, lo remató en el segundo palo Juli. Se retorció. El escorzo era imposible, pero llegó. Bajó la cabeza a la altura de las rodillas para rematar, pero el balón se estrellaba contra el larguero. Atento, Peli recuperó el cuero. De espaldas a portería sólo quedaba el recurso de la chilena. Derribado en el intento por Abel Conejo, no lo dudó Daniel Gómez, que señaló los 11 metros. La pidió Rubén Ramiro, que ejecutaba con maestría –minuto 59– engañando a Farolo y colocando el 2-0.

El gol derrumbó la poca resistencia que le quedaba al Tordesillas. No dejó de intentarlo –Ruiz remataba bien pero demasiado alto al saque de córner– el equipo de Sedano, pero se veía incapaz. Tuvo la puntilla De Mesa. Se pudo venir el estadio abajo cuando –minuto 73– el extremo se marchaba de todos y superaba a Farolo con una preciosa vaselina que no encontró portería. Le serviría una nueva ocasión en bandeja de plata Iván Vila con un taconazo en la frontal que dejaba al ‘10’ en el mano a mano ante el portero, que impedía el remate.

Seguía hambriento el Real Ávila, que presionaba la salida del balón de su rival como si fuera perdiendo en el marcador. No lo movería el Ávila ni tampoco el Tordesillas, que en los últimos minutos descubría a Nauzez. Fue su momento. Tres paradas consecutivas –con la cara incluida– y desesperación de Fraile, que descubrió que el Real Ávila tiene un seguro bajo palos. De esos que dan puntos y ganan partidos.