Preguntarse si el partido del próximo sábado entre el Real Ávila y el Atlético Astorga se podrá jugar en óptimas condiciones no es descabellado. No lo era en la tarde del domingo, cuando el Colegios Diocesanos Aqualia y el Real Madrid jugaron en un auténtico lodazal el partido correspondiente a la División de Honor, y mucho menos lo es después de una noche de domingo y una jornada de lunes en la que las lluvias han seguido 'castigando' la capital y han convertido el Adolfo Suárez en una laguna. Porque la imagen que presentaba este lunes el campo abulense era algo más que un barrizal.