El impacto de las pruebas físicas va más allá de la capital

M. Rodríguez
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La Escuela de Policía afronta la última semana de evaluación después de un mes en el que unos 45.000 aspirantes han disparado la afluencia a El Bulevar y han dejado cifras récord de ocupación hotelera

El regreso de las promociones numerosas a la Escuela Nacional de   Policía resulta beneficioso para Ávila no solo por la presencia constante en la ciudad de unos 3.000 alumnos durante todo un curso, también el incremento del número de plazas vacantes a cubrir alienta a un mayor número de jóvenes a prepararse la oposición para ingresar en el Cuerpo Nacional de Policía. Prueba de ello son los 40.000 aspirantes a la Escala Básica que hasta mañana martes -incluido- se habrán sometido a las pruebas físicas, que arrancaron el 17 de septiembre y que, en sendos turnos de mañana y tarde, han dejado día tras día visibles colas ante las puertas de acceso a la Escuela de Policía, en cuyas instalaciones se llevan a cabo esos exámenes. En el mes largo transcurrido desde entonces, la multitudinaria presencia de los aspirantes no ha pasado desapercibida, ni a ojos de la población ni de la economía de  Ávila. Por si los 40.000 opositores que han acudido aquí a someterse a las pruebas físicas no fueran suficientes, la mayoría se ha desplazado hasta la capital abulense «acompañado de algún familiar», lo que incrementa aún más esa cifra, a la que esta semana que hoy comienza hay que añadir los 3.300 opositores que también serán examinados para acceder a la escala Ejecutiva, que están convocados para el miércoles y el jueves.

Ésta será, por tanto, la última semana en la que las pruebas físicas de la Escuela de Formación de la Policía mantengan  los  alojamientos abulenses con un nivel de huéspedes desconocido en cualquier otra época del año. «La media de ocupación se situaría alrededor del 90% todos los días desde que empezaron las pruebas a mediados de septiembre», destaca Víctor Gómez, presidente de la Federación de Hostelería de Confae. A nadie se le escapa lo excepcional que resulta que los alojamientos cuelguen el cartel de completo en días laborables, pero así ha venido ocurriendo, con la inyección económica que ello acarrea. «Lo normal es que duerman en Ávila una sola noche, que suele ser la anterior a la prueba, pero no vienen solos, sino acompañados por sus parejas o por sus padres, así que en los hoteles de Ávila se ha notado muchísimo su presencia», comenta.

Como poco, unas ocho mil personas a la semana han necesitado alojamiento desde mediados de septiembre hasta ahora, pero la planta hotelera abulense no dispone ni de lejos de tal capacidad, de ahí que el impacto económico positivo que han dejado las pruebas físicas a nivel de alojamiento haya superado las fronteras de la capital abulense. Así lo confirman a esta Redacción desde la Asociación de Casas Rurales de Gredos.